
Terapia combinada con un láser Nd:YAG de 650 microsegundos y 1064 nm para el tratamiento del melasma en pieles de color
Dra. Cheryl Burgess Centro de Dermatología y Cirugía Dermatológica Washington, DC
El melasma es ampliamente conocido como un trastorno de la pigmentación que tiene un efecto profundo en la calidad de vida de las personas que padecen esta afección.(1). Los estudios muestran que los pacientes con trastornos de la pigmentación se sienten cohibidos, poco atractivos, que esto afecta a sus actividades diarias y sienten la necesidad de esforzarse por ocultar su afección o, de lo contrario, otras personas prestarían atención a ella(1). Si bien el melasma afecta a personas de todo tipo de piel, predomina en mujeres de piel más oscura (Fitzpatrick III-VI)(2), lo que puede añadir más dificultades a un trastorno crónico que ya es difícil de tratar(3).
El melasma es cada vez más frecuente. Algunos centros dermatológicos lo citan como la afección más frecuente después del acné(4), sin embargo, hay un gran porcentaje de esa población que no busca tratamiento, en gran parte debido al desconocimiento de las opciones de tratamiento(5). Para quienes buscan tratamiento, un enfoque familiar y colectivo para tratar el melasma (en el ámbito médico) ha consistido tradicionalmente en la hidroquinona u otros compuestos tópicos, las exfoliaciones químicas, la microdermoabrasión o el láser con conmutación Q(3).
Basándose en estas opciones de tratamiento tradicionales, Aerolase, con la experiencia clínica de la dermatóloga Cheryl Burgess, con sede en Washington DC, ha desarrollado un protocolo de dos pasos, «uno a dos» para tratar eficazmente el melasma en todos los tipos de piel en una sola sesión de tratamiento. En primer lugar, la tecnología láser Nd:YAG de 650 microsegundos y 1064 nm de Aerolase ofrece una solución para tratar los componentes vasculares y de melanina dérmica más profundos(6) del melasma, a la vez que ayuda a romper el pigmento epidérmico. La energía del láser se aplica sobre toda la zona facial con fluencias de hasta 28 J/cm2. Luego, según el tipo y el estado de la piel del paciente, se aplica un peeling químico leve a medio o un compuesto de hidroquinona para tratar la pigmentación epidérmica restante.
«Hemos tenido un gran éxito al eliminar la pigmentación dérmica con el Neo debido a su profundidad de penetración y velocidad del pulso», dice el Dr. Burgess. «Luego (normalmente) aplicamos una capa de exfoliación química o hidroquinona para generar una nueva epidermis y eliminar los problemas pigmentarios superficiales y, si es necesario mezclarla, podemos usar un compuesto de hidroquinona», continúa.
