Babar K. Rao, MD, Dermatología, Nueva York, NY Publicado en Global Dermatology Volumen 1(1): 9-12 El vello no deseado causa un estrés significativo en los pacientes, lo que produce ansiedad, depresión y una reducción general de la calidad de vida [1]. Desde su desarrollo en la década de 1960, los sistemas de depilación láser han seguido creciendo en popularidad, ya que ahora son uno de los procedimientos cosméticos más comunes hechos por dermatólogos [2]. A diferencia de otras técnicas de depilación como la depilación con cera, el afeitado y la electrólisis, la depilación láser es una forma eficaz de reducir permanentemente el crecimiento del vello y por lo tanto, se ha convertido en la regla de oro [3]. El láser, que significa “emisión de radiación estimulada por amplificación de luz” es un tipo de fototermólisis selectiva que se dirige a moléculas absorbentes de luz o cromóforos en una longitud de onda específica [4]. La melanina que se encuentra en los folículos pilosos es el cromóforo que absorbe la energía emitida por el láser y la transforma en calor que daña selectivamente los folículos pilosos [5]. Hoy en día, existe una variedad de sistemas de depilación láser que se utilizan para enfocarse en una variedad de colores de vello y tipos de piel. Los láseres que utilizan longitudes de onda más cortas, como el láser de rubí (694 nm) y el láser de alejandrita (755 nm), tienen una penetración más superficial en la epidermis y por lo tanto, tienen un mayor riesgo de absorción de melanina epidérmica y lesiones en la piel circundante [6]. Posteriormente, estos láseres generalmente se evitan en pacientes con tipos de piel más oscuros (fototipos III-VI en la escala de Fitzpatrick). Los láseres con longitudes de onda más largas, como el láser Nd:YAG de 1064 nm, proporcionan una penetración epidérmica más profunda para atacar la melanina folicular con una menor absorción de la piel circundante. Se ha demostrado que estos láseres son seguros y eficaces para la eliminación del vello en tipos de piel más oscura [7]. Además de seleccionar láseres con las longitudes de onda adecuadas, también es de suma importancia determinar la duración del pulso y la fluencia (energía por área cuadrada) para optimizar los resultados y minimizar los efectos secundarios. La alta fluencia y la duración prolongada del pulso permiten que el calor se difunda al tejido circundante y aumenta el riesgo de efectos secundarios como cicatrices [8]. La duración del pulso, para que sea eficaz, debe ser menor o igual al tiempo de relajación térmica (TRT) del tallo del vello, que se estima entre 10 y 50 milisegundos [9]. Como resultado, la mayoría de los sistemas de depilación láser disponibles actualmente utilizan anchos de pulso de milisegundos. De manera semejante, la mayoría de los estudios que existen sobre láseres Nd:YAG se han hecho acerca de láseres Nd:YAG de pulso largo tradicionales que producen anchos de pulso de 3 a 30 milisegundos de fluencia. Estos láseres Nd:YAG de pulso largo se utilizan normalmente con sistemas de enfriamiento para reducir aún más la incidencia de daño epidérmico. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que una técnica de láser Nd:YAG de 650 microsegundos (μs) tiene resultados comparables a los láseres Nd:YAG de mayor duración de pulso sin medidas de enfriamiento de la piel [10]. Este estudio se llevó a cabo para evaluar la seguridad y la satisfacción del paciente con la depilación láser utilizando un nuevo láser Nd:YAG portátil y relativamente económico con un pulso corto de 650 μs.
Depilación láser con un láser ND:YAG pulsado de 650 microsegundos: Un estudio de 298 pacientes
